lunes, 20 de agosto de 2007

México {La Revolución de Emiliano Zapata ('69);









Antes de que el segundo Zapata comenzara su revolución particular con giras nacionales, apariciones en la televisión y la programación de su single Nasty Sex en las radios comerciales no existía en su ciudad natal Guadalajara, ni en todo México, una infraestructura organizada para las bandas de rock. Ellos fueron el impulso definitivo para aquella explosión que tuvo su canto del cisne en Avándaro.

A finales de los 60 la influencia del rock anglosajón paseaba por las calles de Guadalajara de la mano de bandas locales como Spiders, 39.4, Fachada de Piedra, La Quinta Visión y, por supuesto, La Revo. Con los ecos de la psychedelia americana todavía recientes la música de estas bandas se enmarcaba más en pasajes de creación egoísta que en dibujos complacientes con la audiencia. Los chicos de La Revolución de Emiliano Zapata hacían lo que les apetecía, sin más, y cuando les llegó el éxito de la noche a la mañana les pilló desprevenidos.

A pesar del éxito de su primer single Nasty Sex, el rock que pasea palmito por este disco de debut es agresivo, ácido y, dicho sea de paso, de una excelente factura. La magnífica voz de Oscar Rojas supera la media con creces, pero el protagonismo recae sin duda en las guitarras de Carlos Valle y Javier Martín, repletas de fuzz e impulsos eléctricos, que poco a poco entretejen una atmósfera de dura psychedelia.

Ningún tema está de más. Nasty Sex acapara la nostalgia de lo antológico, y es sin duda el tema más famoso del álbum. No faltan tampoco los pasajes folkis entre el Bob Dylan de Bringin’ It All Back Home y el garage-rock en I Wanna Now. En Ciudad perdida asoman elementos latinos y profusos solos de fuzz guitar con gran predominio de la batería. A King’s Talk elabora una bonita melodía con aires de Costa Oeste. Still Don’t (Not Yet) es más pendenciera, más visceral, más directa. Y el hard psycho asoma las fauces en maravillas como Melynda y If You Wanna, esta última con un maravilloso solo de bajo saturado de fuzz. Las melodías son imaginativas y los temas alcanzan un alto grado en cuanto a creatividad artística. Y a lo largo de todo el disco se hace evidente la influencia de Quicksilver Messenger Service. Cuando el disco se cierra tras otro gran tema como es Under Heavens el último surco reproduce una y otra vez el eco de lo que no es una obra maestra pero lo parece.

Lástima que el tiempo convirtiera a La Revolución de Emiliano Zapata en un engendro ligero y baladístico ávido de supervivencia. Éste su debut y el segundo disco, conocido como Hoy, formarán parte ya para siempre de lo mejor del rock mexicano de todos los tiempos.

I want you, gringo!

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